martes, 1 de marzo de 2011

Proyecto sobre licencia maternal - editorial - El Mercurio

El Mercurio, editorial, 01/03/2011.-

El Presidente Piñera anunció formalmente ayer la presentación al Congreso del proyecto de ley sobre el permiso maternal, para cumplir su promesa de campaña de que se extendería la licencia posnatal hasta seis meses. Si el proyecto ha tardado en presentarse, ha sido porque han surgido al respecto numerosas opiniones contradictorias, tanto en la sociedad chilena como dentro de las fuerzas políticas del propio Gobierno.

La solución que se adoptó fue la de prolongar la licencia a 24 semanas y hacerla obligatoria para las trabajadoras de ingresos bajos y medios. Aquellas mujeres con remuneraciones por encima de 650 mil pesos -esto es, entre el 17 y el 20 por ciento con los ingresos más altos del país- tendrán abierta la opción de tomar o no la prolongación, o de flexibilizar su retorno al trabajo. La razón que parece haber impulsado este límite es de carácter fiscal, ya que las licencias maternales se pagan con recursos estatales, y su prolongación podría representar un mayor gasto. Por tal motivo, tendrá un límite máximo de 30 UF para el nuevo período de extensión, y como no se puede obligar a quienes ganen más que esa cantidad a reducir sus ingresos, se les permitiría acordar algún arreglo con sus empleadores.

Otra innovación del proyecto es la posibilidad que se abre a las mujeres, presumiblemente de menores ingresos, para traspasar hasta la mitad de las 12 semanas adicionales de feriado al padre del infante. Con esto se espera dar al progenitor mayor participación en los beneficios y responsabilidades de criar a un hijo, pero se debilita el principal argumento para prolongar el posnatal, cual es la importancia de la lactancia materna. Es de prever que este cambio, como otros, ocasionará controversias.

Este tema es complejo y cabría esperar un debate fértil y creativo en el Congreso. Por una parte, es un hecho estadístico que en la actualidad el posnatal es ya de seis meses, por cuanto mediante licencias por enfermedades graves del niño menor de un año -que indiscutiblemente son simuladas y no reales- se pagan en promedio tres meses adicionales a los tres contemplados en la ley. Por otra parte, las normas comparadas revelan que Chile ofrece hoy garantías maternales superiores a las de casi todos los países desarrollados. Y junto a estos datos también debe ponderarse adecuadamente que los beneficios alcanzan a una baja proporción de las madres chilenas, en parte porque las mujeres que trabajan son pocas en comparación con otros países del mundo.

Para algunos expertos, existe una relación entre los prolongados permisos legales para ausentarse y la reticencia de los empleadores a contratar trabajadoras mujeres. De ser esto cierto, las nuevas medidas incluso podrían perjudicar a aquellas mujeres en edad fértil que busquen trabajo y, ciertamente, en tal caso la baja participación laboral de las mujeres, lejos de remediarse, podría verse aún más afectada. Pero esta consideración, aunque debe ser tomada en cuenta, no invalida las disposiciones de una política pública cuyo foco de interés y beneficio son los recién nacidos, y no las madres directamente. Aunque sin duda este proyecto representa beneficios para las mujeres que tengan hijos, posiblemente afectará el empleo femenino. Además, es notorio que limita ciertas capacidades de las trabajadoras, pues otorgarles una licencia obligatoria o irrenunciable para ausentarse del trabajo es una manera compleja de decir que se les prohíbe trabajar.

El Presidente Piñera ha dado el primer paso para cumplir su promesa al presentar el proyecto que enviará al Congreso. Se requiere ahora un análisis cuidadoso y desapasionado para encontrar el equilibrio justo entre los numerosos efectos que tendrá esta iniciativa.

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