lunes, 27 de diciembre de 2010

Reconstrucción: Chile interpelado - por Julio Poblete - La Tercera

La Tercera - Edición Impresa, por Julio Poblete (arquitecto), 27/12/2010

TRES HORAS y nada nuevo. Pequeñez política, acusaciones de faltas a la verdad y la reconstrucción reducida a una discusión sobre la cantidad de subsidios otorgados. La Concertación interpela a la ministra de la Coalición… ¿Pero quién interpela a Chile? A 10 meses del terremoto, parece que aún no logramos comprender la complejidad de lo que nos queda por delante."

De un universo de 220 mil damnificados, la mitad requiere reconstruir su vivienda. De estas últimas, un 64%, o sea 70 mil unidades, deberán ser reconstruidas en los mismos sitios donde se ubicaba la antigua vivienda terremoteada, modalidad conocida como "sitio residente". Si bien la autoridad, acertadamente, decidió apoyar la reconstrucción en los mismos sitios de los residentes afectados y así evitar el "vaciamiento" de barrios y la eventual ruptura de redes sociales y laborales, ¿son suficientes las medidas que se están implementando para salvar las enormes dificultades logísticas y técnicas que implica sacar adelante las 70 mil viviendas que deben ser reconstruidas en esos "sitios residentes"?

De las 45 mil obras iniciadas e informadas por el Ministerio de Vivienda, sólo un 4,5% corresponde a una obra de reconstrucción en "sitio residente", lo que contrasta con el 64% que representan sobre el total de viviendas a reconstruir. Esta señal -para mí una luz amarilla- lleva a pensar con fundamentos que sería prudente estudiar ahora más medidas, incentivos y/o programas para que este tipo de soluciones puedan avanzar con la velocidad y calidad requeridas. Una propuesta para mejorar su implementación y operatividad es recurrir a una reconstrucción comandada por el propio afectado, en otras palabras, abrirse a la modalidad de un subsidio a la "autorreconstrucción", la que con una adecuada asistencia técnica e inspección de obra, podría ser un mecanismo muy efectivo para acelerar este proceso, especialmente en zonas rurales, y de paso permitiría capacitar mano de obra y otorgar más empleo. Estas capacidades serían un valioso subproducto de la reconstrucción, que permanecerían en cada una de esas comunidades, ahora más empoderadas (la experiencia de Pakistán es notable en este sentido).



Así como la operativización de la reconstrucción en todas sus modalidades es mucho más relevante que el reduccionismo de un conteo de subsidios; la profundidad del plan de reconstrucción no puede agotarse en la reposición material de lo destruido. Es en esta dimensión, donde la calidad urbana no debe ser olvidada, ya que serán las obras urbanas y paisajísticas las que renueven la competitividad de estas ciudades y pueblos. Más allá de reponer sus casas, ellas deben reinventarse en pos de un desarrollo económico sostenible, con nuevas capacidades endémicas y orientadas hacia una demanda externa. Es necesario introducir las variables del fomento, la inversión y el desarrollo en los planes de reconstrucción, ya que sin ellas el proceso será vacío. Hace sentido, entonces, que nuestro Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción comparezca en este proceso como complemento a la acción de Vivienda y Obras Públicas.

Si pudiese interpelar a Chile, a derechas e izquierdas, estos serían mis planteamientos.

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