La Tercera, por Ma. de los Ángeles Fernández, 16/08/2010, extracto.-
El silencio de Michelle Bachelet en esta hora es incomprensible, porque su gobierno intentó desafiar la estructura de poder patriarcal.
DECISIONES adoptadas por el gobierno de Piñera, partiendo por el bono de marzo, han llevado a algunos a afirmar que estamos en presencia de un "quinto" gobierno de la Concertación. Por otro lado, la llamada "nueva forma de gobernar" es, por ahora, más un deseo que una realidad.
Pero la vida no sigue igual. Las chilenas ven que, cual viaje en una máquina del tiempo, podrían retroceder a épocas victorianas. La minuta del Sernam sugiriendo a los adolescentes postergar su sexualidad hasta el matrimonio para evitar embarazos no deseados y el VIH es un indicador de que las intenciones refundacionales del gobierno, tal como advierte Carlos Huneeus en este mismo diario, no se limitan al intento de demoler las principales bases políticas de los partidos de la Concertación. Es una ambición más integral para que las políticas sean modeladas por valores tales como el orden, la patria y la familia, entendida ésta como antídoto contra todos los males.
Por tanto, no resulta extraño el intento por retrotraer a la mujer a su rol único de madre y priorizar la incorporación femenina al mercado del trabajo, dejando atrás la paridad, los derechos reproductivos o la violencia de género. No ha pasado desapercibida la proyección de la idea de que las jefas de hogar son apenas una anomalía que hay que corregir. Todo ello es revelador del frágil compromiso de la derecha con la democracia, porque, no nos engañemos: éste no se absuelve en los aspectos procedimentales de carácter electoral. Es, también, una forma de convivencia en la que se respeta la pluralidad y reconocen los distintos planes de vida que las personas quieran darse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario