jueves, 12 de agosto de 2010
Cambios en los hogares chilenos - editorial - emol
emol, editorial, 12/08/2010, extracto.-
En dos décadas, el país ha cambiado de modo sustancial. Así se desprende de la encuesta Casen, que permite comparar a los hogares y a las personas desde diversas dimensiones socioeconómicas y demográficas. Desde luego, han subido los ingresos de los hogares y, en consecuencia, se ha reducido la pobreza. Y según un análisis de Libertad y Desarrollo, no sólo en esta dimensión se han producido cambios. Los mayores ingresos han permitido que una mayor proporción de hogares acceda a bienes antes restringidos a grupos minoritarios. Entre 1990 y 2009 aumentaron significativamente aquellos con refrigerador, lavadora y automóvil, entre otros bienes de consumo durable. Y bienes antes no disponibles en el mercado ahora tienen fuerte presencia en los hogares. Por ejemplo, en casi el 90 por ciento de ellos hay acceso a teléfono celular; como derivación de esto, la proporción de ellos con teléfono fijo se mantiene relativamente baja, y es inferior al 50 por ciento.
Los cambios en la vida de las personas son aún más importantes. Hay, desde luego, una caída importante en el número de niños de 14 años o menos. En 1990 había un promedio de 1,06 por hogar, que pasó a 0,78 en 2009. De hecho, según la encuesta Casen, pese a que entre 1990 y 2009 la población del país creció en 31 por ciento, el número absoluto de niños en ese tramo de edad prácticamente no cambió. Eso prueba la fuerte transición demográfica que está experimentando Chile, que tiene su contrapartida en el aumento de la cantidad de adultos mayores por hogar. Así, los mayores de 60 años pasaron en este período de 10 a 15 por ciento de la población. Estos cambios imponen enormes desafíos a la educación y a la salud. Por ejemplo, el número de planteles educacionales en el país ha aumentado desde 1990, pero la matrícula escolar comienza a mostrar un descenso, y no por una caída de la cobertura, sino del tamaño de la población en edad escolar. También el cuadro epidemiológico chileno y los gastos de salud esperados por persona variarán drásticamente.
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