martes, 26 de agosto de 2008

La falta de una cultura de resolución pacífica de conflictos en la vida familiar.

Uno de los efectos contemporáneos del estrés vivido en el universo familiar en el marco de las rápidas modernizaciones de la fase actual de desarrollo se ha manifestado en el marco de la reforma de la legislación de familia. Las crisis acumuladas en el contexto de la familia matrimonial abrieron una temporada de gran actividad de los casos de divorcios y litigios relacionados con las rupturas de las uniones legales y de hecho. Es un proceso actualmente en pleno desarrollo y que rápidamente sobrepasó la capacidad instalada de tribunales, por la judicialización inmediata de los casos. El supuesto del legislador de que la resolución del conflicto familiar podría resolverse por la mediación, por el sólo ministerio de la Ley, no parece haber  encontrado validez en la realidad, al no darse una precondición necesaria en la cultura de resolución de conflictos.

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