lunes, 31 de marzo de 2008

Prensa | El Desalojo de la Clase Media en Chile - Estrategia


El Desalojo de la Clase Media en Chile
Estrategia, 31/03/2008

De acuerdo a los estándares del Gobierno, el ingreso autónomo familiar en este segmento oscila entre los $239.074 y los $345.526, cifra diametralmente inferior a los cerca de $790.000 estimados según el parámetro tradicional del mercado. Esto no es menor a la hora de evaluar la focalización de las políticas públicas, las que sistemáticamente han marginado de cualquier apoyo a este estrato socioeconómico.

Es evidente cómo con el pasar de los años la clase media ha ido consolidando su rol protagónico en el crecimiento económico de los países desarrollados. En efecto, este segmento de la población es motor fundamental en la generación de ingresos domésticos, y es en este grupo en donde reside parte importante de la capacidad de emprendimiento y, con ello, la generación de empleos.
En Estados Unidos (EE.UU.), por ejemplo, la clase media representa el 60% de la nación. Allí, el ingreso familiar oscila entre los US$25.000 y US$99.000 al año, presentando, independiente de la condición racial, un horizonte de alta prosperidad. Viven en cómodas casas, tienen dos hijos, dos autos y normalmente una mascota. Suelen trabajar tanto el hombre como la mujer, asegurándose dos ingresos para mantener el nivel de vida. La educación estatal, tanto escolar como universitaria, es de calidad indiscutida, suponiendo con ello, además, un ahorro significativo para el o los jefes de hogar.
Usan tarjetas de crédito para realizar sus compras. En la parte alta de este segmento, se posee una segunda vivienda de vacaciones, varios televisores y artefactos electrónicos e, incluso, bote a motor. Los que pertenecen a la parte inferior del estrato, habitan inmuebles algo más simples en un vecindario de clase trabajadora.
En España, en tanto, más del 50% de la población es de clase media y recibe el beneficio de una buena educación universitaria de manera gratuita o a muy bajo costo. Actualmente, este grupo está compuesto por profesionales, técnicos y administrativos, mostrando un claro avance en su calificación. El ámbito Servicios, para quienes observan esta condición socioeconómica, ha ganado terreno como fuente de trabajo, cediendo espacio en otros rubros como Construcción y Manufactura.

… Y en Chile

La realidad descrita contrasta con la situación de la clase media local. Y es que según las definiciones que ha adoptado el Gobierno, a través del Ministerio de Planificación (Mideplan), las familias que componen este grupo tienen un ingreso que fluctúa entre $200.000 y $300.000 mensuales. Así lo sostuvo a ESTRATEGIA en 2006, la entonces titular de la cartera, Clarissa Hardy, quien, a su vez, reconoció que “las transferencias públicas hacia ellos declinan mucho respecto a los tramos anteriores”.
La encuesta Casen 2006 ubicó al sector medio del país entre el tercer y quinto decil, con ingresos promedios autónomos entre $239.074 y $345.526 mensuales. De este modo, los deciles sexto, séptimo, octavo y noveno, que según la misma medición reciben una renta media entre $429.983 y 983.646, corresponderían a la clase alta acompañando en tal segmento a quienes ocupan el décimo decil, con ingresos en torno a los $2.365.797.
Bajo ese concepto, conviene apuntar algunos desembolsos mensuales para apreciar la abismante distancia respecto de la situación real que se constata cada mes. Una familia que pertenece al noveno decil, con dos hijos y cuyo objetivo sea educarlos en un colegio privado, deberá cancelar, en promedio, $200.000 por alumno. Y si ha optado por comprar una vivienda de UF 2.000 a través de un crédito hipotecario a 20 años plazo, cada cuota suma unos $224.000. Si a eso le sumamos un plan de salud, la mensualidad totalizaría $69.000. En definitiva, sólo por los ítems señalados, el gasto mensual llegaría a cerca de $700.000 sin contar alimentación, bencina o locomoción y esparcimiento, entre otros aspectos básicos.

Política Pública

Para el fisco, en tanto, dicho grupo es considerado rico; pueden solventar sus gastos de primera necesidad y lograr adquirir, en cuotas, bienes como lavadora, DVD y computador. Así, quienes son ubicados en este segmento, quedan excluidos de todo subsidio, situación de la que la otrora ministra Hardy dio cuenta: “la clase media ha tenido que sopesar los costos de una política que apunta a los más pobres, ya que ante cualquier contingencia pueden caer bajo la línea de pobreza y, hasta ahora, no ha habido protección social activa hacia este grupo”, expresó hace dos años.
A través de los ministerios correspondientes, la entrega de subsidios se define por el grado de vulnerabilidad a la pobreza que sufre una persona o familia en Chile, secundado por el ingreso al que se accede. Tal como consigna la última encuesta Casen, los deciles III, IV y V reciben un subsidio en educación y salud correspondiente a $12.711, $10.222 y $7.061, en cada caso.
En este plano, el presidente de Adimark, Roberto Méndez, sostiene que como “el Gobierno se ha orientado a los sectores más pobres, la clase media está a su destino, es por eso que ya no espera tanto de la administración, sino que, simplemente, apuesta por que las condiciones económicas del país sean positivas”.

Estándar de Mercado

De acuerdo al estudio de mercado realizado en 2005 por la Consultora Iccom, en el que se hizo una descripción básica de los niveles sociales en hogares urbanos de la Región Metropolitana, el ingreso promedio del grupo “C2” es de $1.073.000, con un mínimo de $670.000 y un máximo de $1.800.000. En tanto, el segmento “C3” presenta una renta familiar media de $517.000, oscilando entre $440.000 y $670.000.
En el primer tramo, se distingue a profesionales universitarios, con viviendas que valen entre UF 2.000 y UF 3.500, y que están ubicadas en comunas como Providencia, Ñuñoa, Las Condes, Vitacura, Santiago, La Reina, San Miguel y Maipú. Asimismo, poseen un vehículo con un precio inferior a los $7 millones.
Mientras, en el nivel C3, están los profesionales y técnicos; personas sin estudios de nivel superior, que habitan en inmuebles de entre las UF 600 y UF 2.000, en sectores como Maipú, Quilicura, Puente Alto, Independencia, Santiago Centro, Pudahuel y La Cisterna.
La caracterización socioeconómica del país se presenta hoy como un aspecto clave, conforme las demandas de políticas efectivas suenan cada vez más fuerte. La asistencia a la clase más desposeída es una función elemental del Estado; sin embargo, obviar la realidad del segmento medio significa desestimar la real capacidad del país no sólo para alcanzar niveles de crecimiento adecuados, sino que también para asegurar el desarrollo en libertad y democracia.

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