emol - 11/01/2010
La unidad de apoyo a la reforma de familia de la Corte Suprema, encabezada por el ministro Héctor Carreño, ha dado cuenta pública del plan ejecutado durante dos años para dar solución a los graves problemas de funcionamiento de los juzga- dos de familia. Entre los avances alcanzados resaltó la normalización en el agendamiento de audiencias, el uso y las adecuaciones del sistema informático de esta área, y la coordinación y estandarización de procesos, así como la aplicación de buenas prácticas ideadas en algunos tribunales.
Respecto del agendamiento de audiencias, las cifras aparecen positivas: en comparación con su fijación a nueve o 12 meses que se hacía en el peor momento de la crisis, ahora el 95 por ciento del total en todo el país (algo más de 42 mil) está programado dentro de un plazo de 60 días; 4,4 por ciento lo está entre 60 y 90 días, y sólo el 0,4 por ciento supera los 90 días. Lo anterior, no obstante que al 28 de diciembre pasado el ingreso de causas en los 60 juzgados de familia del país superó los 341 mil procesos, lo que significa un crecimiento de seis por ciento respecto de 2008.
Tales resultados son encomiables, dado que esta reforma judicial entró en crisis inmediata apenas puesta en marcha, por imprevisiones que habrían podido evitarse, insuficiencia de recursos, un diseño legal defectuoso y una deficiente implementación del Ministerio de Justicia.
Sin embargo, como se reconoce en esa misma cuenta pública, es preciso seguir mejorando la calidad de las respuestas jurisdiccionales, para que éstas entreguen certeza sobre temas críticos, tales como violencia intrafamiliar, relación de padres e hijos y protección de menores.
Asimismo, es impostergable que el Gobierno modernice las redes asistenciales que se vinculan con los juzgados de familia -des- de luego, el Servicio Médico Legal y el Sename-, para evitar la postergación de audiencias por demora en los informes y, asimismo, para garantizar la capacidad de plazas suficientes para derivar a programas de intervención, ambulatorio o residencial.
Un notable esfuerzo del Poder Judicial ha venido logrando así buenos estándares de funcionamiento y la introducción de mecanismos de control eficaces, lo cual está permitiendo rescatar a esta reforma de su penoso colapso inicial y aumentar razonablemente los recursos y la dotación de jueces y funcionarios.
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