blogs el mercurio, editorial, 06/01/2009, extractos
El presidente de la Corte Suprema y el ministro de Justicia dieron a conocer un completo plan de inversiones, que implica un aporte superior a los 158 mil millones de pesos, el cual permitirá la construcción de nuevos edificios, la adquisición de otros y mejorar sustancialmente el equipamiento de todos los tribunales de familia del país. Este plan se llevará a efecto de manera progresiva en seis años, partiendo en 2009 y concluyendo en 2014.
Lo anterior se suma al nombramiento de 90 nuevos jueces de familia, y a una serie de medidas de carácter administrativo, adoptadas por el Poder Judicial, con el objeto de agilizar los procedimientos que se siguen ante los juzgados de familia.
Este plan constituye una buena noticia, pero es tardío, y pone de manifiesto la débil prioridad que el Ejecutivo asignó a esta materia, frente a los requerimientos evidenciados desde el primer día. Cabe recordar que la reforma a esta justicia entró en crisis desde el mismo minuto de su puesta en marcha, producto de la imprevisión, insuficiencia de recursos, un diseño legal defectuoso y una deficiente implementación.
y más adelante el editorial señala:
El trabajo de la Corte Suprema, y en particular del ministro Héctor Carreño, da cuenta de los esfuerzos para asegurar estándares óptimos de funcionamiento, e introducir mecanismos de control eficaces, a fin de obtener una gestión más eficiente y contar con criterios jurisdiccionales que entreguen certezas sobre temas críticos para el funcionamiento de una familia, como la violencia intrafamiliar, la relación de padres e hijos o la protección de menores.
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