domingo, 20 de julio de 2008

Para reflexionar – por Bernardo Kliksberg

El Universal, Caracas, 20/07/2008, extracto

“Los valores éticos firmes han permitido a sus actores enfrentar condiciones iniciales difíciles

Aun en las condiciones más adversas, cuando hay una ética interiorizada los seres humanos pueden producir experiencias sociales admirables. En Perú, 1971, 50.000 pobres sin nada, la gran mayoría de ellos indígenas andinos crearon en un arenal Villa El Salvador. Vivían en carpas, en la escasez total, y todo indicaba que serían una barriada marginal más. Pero no lo fueron.

Movilizaron su gran capital social y cultural. Primero levantaron con sus manos las escuelas. Dos décadas después habían construido con sus manos 38.000 viviendas, 2.800.000 metros cuadrados de calles, 60 locales comunales, 64 centros educativos, 32 bibliotecas populares, 41 núcleos de servicios integrados de salud, y plantado medio millón de árboles. Redujeron a promedios menores que los del país la mortalidad infantil y la materna. Levantaron una ciudad, un parque industrial, y hace poco una Universidad Tecnológica. Ganaron el Premio de la Unesco, el Príncipe de Asturias, el de Ciudad Mensajera de la Paz de la ONU. “

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Hay mucho en común entre estos casos y muchos otros en marcha en América Latina, como entre ellos los de FundaAna (Venezuela), Faca Parte (Brasil), Un techo para Chile (Chile), Ieladeinu (Argentina), Fe y Alegría (en muchos países): valores éticos firmes que han permitido a sus actores enfrentar condiciones iniciales difíciles, liderazgos éticos ejemplares, innovación social, organización de la comunidad, movilización a fondo del voluntariado.

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